miércoles, 9 de septiembre de 2015

[NOCTURNA] La Noche Toledana desde Serranillos del Valle


"Después de tres días dándole vueltas a lo de la ruta nocturna. Y pensando que era una temeridad por no decir locura el aventurarnos por esos caminos de Dios, solo puedo decir que ha sido una experiencia genial. 
Fui casi toda la ruta cerrando el grupo y la sensación fue indescriptible. Saber que estábamos la bici, yo, los 15 metros que alumbraba el foco y detrás... Nada!!!
Miré muchas veces hacia atrás. Me encantaba la sensación de sentir que eramos nosotros los que hacíamos el camino y a nuestro paso desaparecía.
El momento mágico se tornó en cierta pena, cuando ya llegando a Toledo con las primeras luces del alba sentí que nuestra "Noche toledana" llegaba a su fin. Ya no seriamos los únicos "locos" en atravesar esos senderos y caminos. Volverían a ser los caminos de todos." José Manuel Villaverde



SERRANILLOS DEL VALLE -> CEDILLO DEL CONDADO -> CABAÑAS DE LA SAGRA -> BARGAS -> TOLEDO -----> vuelta en autobus hasta TORREJÓN DE LA CALZADA -> CUBAS DE LA SAGRA -> SERRANILLOS DEL VALLE


Sí, disfrutamos una de esas Nox Insomnis, o lo que viene a ser lo mismo una noche toledana que es, en lenguaje familiar, en el lenguaje sencillo y rico en imágenes del pueblo, una noche de perros; una noche infernal pasada en el insomnio y la inquietud o en malas condiciones de existencia; una noche que he de dejar en la memoria dolorosos recuerdos que más de una vez han de cubrir de nubes la imaginación y de lágrimas los ojos. Pero nuestro viaje poco o nada tiene que ver con la descripción anterior, sobre todo cuando tiene lugar en una de esas madrugadas de finales del verano, con unas sensaciones bien distintas para lo que para muchos de nosotros era nuestra primera NOCTURNA en compañía de una magníficos compañeros de ruta.


Hubo a principios del siglo XX un grupo de amigos muy especial que supo captar esta realidad paralela de la ciudad de Toledo para dejarse llevar, evadirse, soñar, crear, divertirse, aprender y, sobre todo, disfrutar. Este grupo de jóvenes por aquel entonces desconocidos formaba parte de la que denominaron Orden de Toledo, cuyos preceptos básicos eran:

Vagar durante toda una noche por Toledo, borracho y en completa soledad.
No lavarse durante la estancia.
Acudir a la ciudad una vez al año.
Amar a Toledo por encima de todas las cosas.
Velar el sepulcro del Cardenal Tavera.

La Orden fue fundada ni más ni menos que por un jovencísimo Luis Buñuel, y ha ella pertenecieron grandes como Federico García Lorca, Dalí, Alberdí que supieron ver como nadie la magia que guarda esta ciudad por la noche y la que un grupo de ciclistas madrileños era llamados al encuentro de esta mágica ciudad.


Iniciamos nuestra singladura a las 04:00 h. de la madrugada, es hora de probar los potentes focos que llenaron de lumens la noche. Un grupo formado por cinco ciclistas, José Manuel de Fuenlabrada, otro José Manuel de Cubas de la Sagra, Jorge, Sergio y Gonzalo estos últimos de Serranillos del Valle, que ni cortos ni perezosos se lanzan a esa oscuridad en lo más profundo de la noche, con el único indicador de nuestros GPS que nos señalan un camino, que por otro lado tiene un inexorable rumbo Sur siguiendo un imaginario canto de sirena.




Una noche ideal, con unos 17º de temperatura en donde se agradecía la manga larga, y con un ligero viento en contra, acompañados de toda clase de insectos que se cruzaban a nuestro paso, además la fauna más abundante en estos contornos, que es el conejo de toda clase de tamaños. El pequeño Sergio empezo a contar cada uno de que se nos cruzaba, cuando llego a la cuenta de veinte dejo de hacerlo, era una barbaridad los que pudimos ver. En algunos tramos los gazapos asustados y deslumbrados por los focos se cruzaban aturdidos, significando un peligro por lo que supondría se metieran entre los radios de la bici




Conforme vamos afianzándonos a estas condiciones de luz vamos cogiendo un buen ritmo, que en algunos tramos se ralentiza por algún que otro bancal de tierra que siembran el camino. Somos recibidos con aplausos en Cedilllo del Condado que se encuentran en fiestas, y atravesamos su plaza en pleno espectáculo discotequero, un instante de civilización para volvernos a sumergir en la oscuridad de la noche. 




El viaje a Toledo desde Serranillos del Valle es de un Indice de Dificultad FACIL, por lo que es un recorrido ideal para hacer, algo más de 45 Km. sin la luz del Sol. Poco a poco nos vamos acercando, tras subir el puertecillo de Bargas la meta esta cerca. Descendemos a la Ciudad del Tajo por la Dehesa de Buenavista, todo un deleite para el ciclista.




Entramos a las calles de Toledo con las primeras y timidas luces del alba, sobre las 07:20 h de la mañana con la meta situada en la Puerta de Bisagra, la entrada al Toledo Monumental. Es hora que se despierte la ciudad, los Dragones han llegado...





Si bien, algunos no es la primera vez que llegamos a Toledo, nadie había subido hasta Zocodover, ese Mercado de las Bestias que aparece ante nosotros tras un buen rampón donde después de una noche movidita es licito meterse un buen desayuno, para a continuación recorrer las calles del casco antiguo, pasando por la Plaza del Ayuntamiento, junto a La Catedral, sin el tradicional bullicio de turistas que abarrotan la ciudad.



Rodeamos la Catedral Primada e iniciamos el descenso por la calle de la Barca que nos conducirá la río que envuelve la ciudad a la altura de la Casa del Diamantista donde todavía se sitúa una barca que permite el paso al otro lado del río Tajo, y donde sale un bonito sendero entre el río y la ciudad que nos lleva hasta los pies del Puente de Alcántara.





Desde este punto tomamos la de la Estación de Autobuses, donde tenemos que embalar nuestras bicis con un par de bolsas de basura de comunidad por bici, teniendo la suerte de poder meter las cinco bicicletas en el mismo autobus que nos llevara hasta Torrejón de la Calzada, en su primera parada cerca del cruce con el Camino de Cubas con Torrejón de Velasco. Desembalar las bici, montarlas y vuelta al camino, alcanzando Cubas en un plis plas y llegando a Serranillos rapidamente dando por concluida esta extraordinaria experiencia de la que seguro repetiremos.


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