martes, 3 de febrero de 2015

El Camino del Vampiro de Bórox


Algo es seguro: en un pequeño pueblo toledano, terribles sucesos sangrientos (reales o imaginarios) forzaron a especular sobre el "vampiro" de Borox."..., señalandose casos importantes en la provincia de Toledo - por ejemplo, el vampiro de Borox-,..." así nace la leyenda urbana en "Antología de la literatura fantástica española" de José Luis Guaner 1969 que incluye un relato de la obra "Las noches lúgubres" del dramaturgo Alfonso Sastre escrito en 1964.



SERRANILLOS DEL VALLE -> CUBAS DE LA SAGRA -> TORREJÓN DE VELASCO -> PUENTE DE PALOMERO -> ESQUIVIAS -> BOROX y VUELTA.








Agradecer el grandioso trabajo de investigación de J. J. MONTEJO y V. OROZCO de donde se basan las siguiente líneas de las que copio y pego algunos textos de trabajo.


Se trata de uno de los casos más clásicos de la historia del misterio en España. Constantemente programas de radio y televisión, revistas especializadas, libros y web sobre anomalías, rescatan de los archivos la sugerente historia del “ataúd maldito”. Las leyendas de vampiros no sólo se registran en paisajes centroeuropeos, bosques balcánicos o castillos en los Cárpatos… La investigación que sigue a continuación se refiere a uno, o varios, no-muertos mucho más cercanos, con acento manchego y a pocos kilómetros de muchas localidades del sur de Madrid.


Todo comenzó en el verano de 1993, cuando el equipo formado por los tres investigadores (Jordi Ardanuy, Martí Fló y Valentín Ferrán), en busca de historias de vampiros para publicar, hablaron con el investigador Ángel Gordon. Éste les dio una nota mecanografiada por Miguel Gómez Aracil, donde se narraba una historia ocurrida en 1915, sobre un ataúd llegado a Cartagena desde Yugoslavia, carga que luego sería mandada por carretera a Santillana del Mar, cerca de Santander. He aquí la historia contada en la nota: en una determinada fecha del citado año de 1915, había llegado al puerto de Cartagena un ataúd típico; allí quedó depositado un tiempo, hasta que lo reclamó un particular de La Coruña. Tras las formalidades habituales, le fue enviado por carretera a tierras gallegas, con paradas en diferentes localidades. En esos días se habrían producido ataques vampíricos en Alhama de Segura, Almería, Toledo, Santillana del Mar, Comillas y La Coruña. En BÓROX, pueblecito de la provincia de Toledo, se habló del “vampiro de Bórox”. En Bórox, situado en la comarca de La Baja Sagra, a 50 km. al sur de Madrid y entonces (1994) con 1.000 habitantes. Fue Ardanuy quien viajó hasta allí, logrando interesar al secretario municipal, quien ofreció su colaboración en la barra del bar “Los Toriles”. En el club social, ninguno de los viejos del lugar recordaba una historia parecida, pero el secretario localizó a una anciana que les habló de un hombre “que chupaba la sangre a sus congéneres”, lo que parecía confirmar la historia. [La expresión “un chupasangres” se refería también a un usurero. En los pueblos, antes y a veces ahora, el usurero era un personaje relevante, hasta el punto de que podía tener más poder que el alcalde, el juez de paz, el médico y el párroco juntos.]

Lo curioso fue que el ataúd se devolvió a Cartagena, haciéndose cargo de él un noble servio con escasos recursos económicos que se alojaba en una pensión de la calle Mayor de Alhama de Segura, al cual solamente se le veía por las noches". Según les contaron a los investigadores, un anciano del pueblo aseguró conocer a un aristócrata polaco muy parecido al balcánico. Al parecer el polaco se esfumó al poco tiempo, igual que el serbio, y el ataúd fue enterrado en uno de los cementerios de Cartagena; sobre la tumba alguien puso la inscripción con el nombre y detalles del difunto.




Con esta premisa AQUÍ HAY DRAGONES realiza la primera ruta del recién iniciado 2015, con los primeros rayos del alba, más que otra cosa, por miedo al No-Muerto o su progenie interfieran en el recorrido, iniciamos un Camino en pos de donde se produjeron tales sucesos hace 100 años, con una estaca en nuestras mochilas junto a una cámara de repuesto, y en el nuestras Camelbak hemos sustituido el agua del grifo, por agua bendita vendecida por el parroco de nuestra localidad. Tomamos el Cº de Cubas de la Sagra para enlazar con el Cº de Segovia a Ocaña a la altura de Torrejón de Velasco, para coger una pista muy bien calzada que se dirige a Esquivias, pasando por el Puente de Palomero sobre el arroyo Güatén, a pocos metros donde estaría el Cristo del Buen Camino, epíteto análogo al de la Ermita del Ntra. Sra. del Buen Camino, en la localidad toledadana de San Roman de los Montes, que se relaciona allí con una vía romana que ha buen seguro este camino por el que rodamos también lo es. Quiero aprovechar para agradecer la obra del profesor y arqueólogo Jesús Rodríguez Morales que nos abrió los ojos a los antiguos caminos madrileños. Pasamos bajo las vías del AVE y continuamos por el camino que los del lugar llaman de Madrid que sube hacia la una de las poblaciones que revindica ser ese Lugar de la Mancha... A esa hora de la mañana los caminos todavía están helados, y el frío nos acompaña en estos primeros compases de un camino que vio un siglo atrás el paso del carro de caballos con el Ataúd Maldito en su camino al norte.


Continuamos con el origen de esta vampirica leyenda: Todo parte de relato “Historia popular de los vampiros Zarco y Amalia”, que empezaba en la página 656 y firmado por Alfonso Sastre, dramaturgo de conocida filiación izquierdista y perteneciente a la llamada “generación del ‘55”. En el relato de Sastre, un tal Ramiro Civil Inglés, natural de Alcoy (Alicante), conocido en su barrio como “El Chancaichepa”, jorobado y trapero de profesión, exponía su triste y miserable vida así como sus conocimientos en “ciencia vampírica”, de los que está muy orgulloso, a los contertulios en una taberna suburbial de Madrid (Venta del Espíritu Santo), entre humo de tabaco y coñac Veterano. Los verdaderos protagonistas son dos convecinos, el señor Zarco y la señora Amalia, un matrimonio sin recursos que para sobrevivir en un ambiente hostil se han hecho donantes profesionales de sangre. Tales oyentes son don Antonio, profesor jubilado y escritor, un quinqui llamado Román el Falso, y un tercero, El Gangrena, tipo de naturaleza enfermiza. En la primera parte del relato, Chancaichepa repasa su vida laboral: fue pinche de cocina en un trasatlántico de lujo, y luego diserta sobre el vampirismo, “culturita” adquirida gracias a los ratos libres pasados en la biblioteca del barco, leyendo sobre vurdalaques, vrucolaques, vroloques y vlokoslaques, pero haciendo hincapié en las historias de los sacamantecas, cuando el padre rico compraba la sangre del hijo del padre pobre para prolongar así la vida de su hijo tuberculoso[Hasta 1960 aproximadamente, la tuberculosis era en España la primera causa de mortandad; en esta década comienza a ser desplazada por el cáncer]. Y en la segunda parte, desgrana la historia de una novia de su juventud, una tal Amalia que “olía a muerto” y era muy aficionada a hincarle los dientes en la garganta. Finalmente, El Chancaichepa huye de las “caricias dentales” de su novia Amalia e investiga un poco sobre ella, averiguando lo siguiente: “Que el 1º de mayo de 1915, en plena guerra europea, murió en Alhama de Murcia y fue enterrada al día siguiente, Amalia Franco Calderas… natural de la ciudad y de profesión sus labores (…) Que en la policía de Cartagena, gracias a un amigo de la B.I.C., alcoyano como yo, hay un atestado sobre la desaparición de algunos cadáveres en los cementerios de Alhama, Lorca y Mazarrón, caso achacado a un vicioso llamado ‘el Capitán Saltatumbas’ (…) Que se sabe que en el 1898, el año de Cuba, fue desembarcado, en el puerto de Cartagena, un ataúd yugoslavo, cuyo contenido se ignora y que muy bien pudo ser –según dice Francisco Pérez Navarro, especialista en ciencias del demonio- la semilla del vampirismo que parece extenderse hasta Almería por el sur y cruzar la península hasta La Coruña, como un ramalazo, señalándose casos en la provincia de Toledo –p.ej., el vampiro de Bórox-, mientras que por el norte se extiende una rama lateral hasta Santillana del Mar y Comillas (…) Que la familia de Amalia tenía una pensión de viajeros y estables en Alhama de Murcia, y que en ella se sabe que vivió algún tiempo un conde o aristócrata yugoslavo o polaco que muy bien pudo ser el gachó del ataúd de Cartagena (…) Que el 14 de mayo de 1915, Amalia se pone a servir en casa de un coronel de Artillería, el cual fallece anémico perdido al año de convivencia…”



Mientras esta historia ronronea en nuestras cabezas alcanzamos Esquivias al pie de un imponente cerro que controla toda la comarca. Lo cruzamos de cabo a rabo para tomar una pista de tierra que hay paralela a la Ctra. a Bórox. Durante nuestro viaje, como lo fue para el cochero y su carga maldita, ha sido muy rodadora, con subidas y bajadas pero predominando el llano. No es dificil imaginar coche/carruaje de muertos con los caballos a todo galope camino a Santillana del Mar, donde dejo la misma epidemia de muerte que en esta comarca.


El investigador Jordi Ardanuy explicó lo sucedido en una detallada carta al escritor D. Alfonso Sastre, pidiendo le informase si se había basado en alguna historia, leyenda o similar. La respuesta en forma manuscrita llegó al poco tiempo:



“24 Noviembre 2005(…)

Querido amigo: Todo es imaginario! Cordialmente, (fdo.) Alfonso Sastre” 



Tras el desmentido de Sastre, el caso podía considerarse cerrado. Sin embargo, uno de los firmantes de esta trabajo de investigación (Montejo), que había seguido tratando el tema con A. M. García y ocasionalmente con Luis García Chapinal, empezó a pensar que había gato encerrado. Un mero examen visual de la carta sugería, por la asaz garabatosa letra, que Alfonso Sastre, octogenario, sufriría algún grave problema de salud, como Parkinson o una artritis torturante. Por tanto, era difícil contar con él y menos todavía molestarle. Aparentemente, el trapero cheposo apodado El Chancaichepa sería producto de su fértil imaginación, pero supieron los autores de esta investigación que también aparecía, bajo meras alusiones, en otra obra de Sastre más conocida, La taberna fantástica (1967), un sainete sobre marginados sociales y quinquilleros.



Otro punto a favor de posibles personajes “de carne y hueso” llegó tras hablar con el investigador Luis Puicercús, autor de dos obras históricas sobre los barrios de Ventas y Ciudad Lineal: en la primera[Luis Puicercús: Ventas-Ciudad Lineal en el recuerdo: la otra historia del barrio contada por los vecinos, Eds. Vosa, Madrid, 2005.] de ellas habíamos visto citado al Chancaichepa, al parecer identificado gracias a la paciente labor de dicho investigador, que accedió a álbumes familiares y archivos de antiguas tiendas de fotografía para documentar la parte gráfica de esos libros. Por desgracia en ninguno de los pies de las fotos de época, estampas familiares o individuales de antes y después de la guerra, se mencionaba a nadie apodado El Chancaichepa, pero cuando en 2008 uno de los autores (Montejo) pudo entrevistarse con él, en compañía de A. M. García y Luis García Chapinal, Puicercús confirmó la veracidad de aquella cita y que sólo había publicado una parte de la abundante documentación gráfica que había recopilado. Así que no todo era tan imaginario en la obra de Sastre…


A penas nos separan 5 Km. a Bórox desde la salida del pueblo de Esquivias, a medio camino nos cruzamos con el desbroce de una de esas autovía inacabadas por el inicio de la Crisis, iniciando el descenso al pueblo en donde la memoria colectiva ha identificado con el paso de un no-muerto.




El trabajo de J. J. MONTEJO y V. OROZCO finaliza: Como la propia prologuista del libro de Sastre se pregunta, ¿se trata nada más que de historias puramente fantásticas?, y finalmente ella misma se sumerge en la duda: “La historia de la Amalia, a la vez que fantástica, es el relato crudamente real de la vida de unos seres pertenecientes a una sociedad marginada, que se dedican a vender su sangre a varios hospitales públicos y privados para poder subsistir. Dentro del grupo en que vive, la mujer –delgada, amarilla, con postizos dientes larguísimos- es la vampiro; para el autor los bancos de sangre son los actuales castillos de los Cárpatos, donde el vampirismo moderno se refugia. Una sociedad que hace que un ser humano tenga que vivir de vender su sangre es, pues, el verdadero vampiro. Esto está claramente sugerido. Más todo es tan intencionadamente confuso que, desde el principio hasta el final, vemos la figura de la Amalia como un ser extraño que nos produce una gran inquietud. Y hasta llegamos a pensar, con sobresalto, que esa legendaria raza existe…” 


En esta crisis que seguimos y hemos padecido, han proliferado una raza de estos asquerosos vampiros que se han aprovechado de la necesidad mucha gente, sin duda es algo de lo que no nos libraremos nunca y se nota que aquel vampiro ha dejado progenie en nuestro país.



Peazo cuestas-abajo las de algunas calles de Bórox, por las que alcanzamos el Cementerio de esta localidad, junto a la ermita de la Virgen de la Salud y un cerro con Casas-Cueva de aspecto siniestro. Es una suerte encontrar la ermita abierta y poder ver a su virgen, que tiene el particular que es una de esas VIRGENES NEGRAS de antiquísimo culto. Desde este punto iniciamos el regreso, volviendo sobre nuestras rodadas. Muchos investigadores han considerado improbable esta leyenda por pasar el ataúd por esta pequeña localidad toledana, vamos a aporta nuestro granito de arena al señalar que según las Relaciones Topográficas de Felipe II: "Esta villa [BOROX] es pasajera, tiene dos caminos reales, que hacen una cruza por la plaza de ella, el uno que viene del reino de Valencia y Murcia y Cartagena y Mancha y va a parar a la Corte de Su Magestad y a Castilla la Vieja; y el otro viene de los reinos de Aragón y Navarra y Cataluña y Soria y otras muchas partes, y va a Toledo y otras muchas partes.". Si bien cuando se produjo el viaje del ataúd no era la principal vía de comunicación hacia y desde el puerto de origen, CARTAGENA, si lo había sido desde tiempos inmemoriables. Vamos a relacionar varios de estos recorridos desde Madrid de cuando ya era menos frecuentada.



MADRID PARA MALAGA por las Ciudades de Lucena y Antequera, y sirve para los quatro Reynos de Andalucia.
CAMINO DE HERRADURA (en leguas)

GETAFE 2
TORREJON DE VELASCO 2
ESQUIVIAS 1
BOROX 1
LAS B. DE RAQUENA EN EL RIO TAJO 1
COMIENZA LA MCHA.
YEPES 2

TOLEDO PARA ALCALA DE HENERES
CAMINO DE HERRADURA

MOCEJON 2
VILLASECA 1
BOROX 3
SESEÑA 1


Por lo que queda demostrado que si hubo un viaje de un ataúd maldito que llego a Bórox, recorrería el mismo camino hemos hecho hasta Torrejón de Velasco, desde allí pasaría por la villa de Madrid y continuaría por Móstoles dirección Segovia para pasar a Castilla La Vieja. Aprovechando nuestro paso por Torrejón de Velasco para tomar un caldito y un vinito a la salud de todos los amantes del ciclismo.


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